Hoy día, muchas personas y organizaciones fracasan no solo por falta de capital o falta de innovación, sino por una repetición de acciones equivocadas que tienen como raíz malos hábitos o, como le llamamos, hábitos limitantes. Las organizaciones y personas o los ejecutivos que tienen hábitos limitantes creen que cambiar es difícil, la realidad es que es relativamente sencillo, solo requiere un por qué, un proceso disciplinado de repetición y un compensador. Dicho de otra manera, impactar la vida personal y organizacional no es tan complejo como algunos lo creemos; actualmente, podemos sumar cierto número de hábitos que tenemos incorporados y señalar cuál será nuestro futuro.

Los hábitos nos hacen, pero también nos deshacen. Es por ello por lo que estos se clasifican en dos clases: desarrolladores y limitantes. Revise los principales hábitos de una persona u organización en la actualidad y hará una predicción de su futuro. En el caso de las organizaciones, la clave para dar un giro a sus hábitos limitantes comienza por comprender la cultura del personal y contrastar con la filosofía y valores corporativos para detectar las causas que limitan a los colaboradores en la organización, entendiendo el proceso evolutivo del ser humano, sus improntas y programaciones que lo debilitan, integrando a su ejercicio diario un modelo más eficiente para el cumplimiento de sus responsabilidades.

El workshop RESET integra dos palabras claves en el nuevo modelo empresarial: cultura y hábitos. La primera definida como la suma de creencias y valores que se manifiestan en el sentir y el actuar de los colaboradores, estableciendo coherencia en el ambiente organizacional. Se asocia a la cultura, el hábito corporativo que permite observar los comportamientos y/o conductas que cada colaborador ejecuta en respuesta a los valores y a la eficiencia que facilita aplicar un hábito.
Este busca alinear la cultura pretendida por la corporación u organización a un sistema de hábitos que modifique las zonas oscuras o incompetentes de colaboradores y que los resultados previstos en planes y programas se conviertan en realidad, asociados con el bienestar de trabajadores y equipos, todo ello para consolidar y enaltecer la cultura corporativa.