¿Cómo se crea una gran empresa? ¿Qué implica realmente ser un gran directivo y cómo se logra ser un líder exitoso? ¿Cómo podemos ayudar a las personas que dirigimos a desarrollar su máximo potencial? Durante décadas, prestigiosas escuelas de negocios, importantes consultoras, reconocidos gurús del management y destacados expertos han brindado sus respuestas a estas preguntas. Y todas tienen un elemento común: ninguna empresa, equipo, líder o directivo que ha logrado el éxito lo ha hecho enfocándose solo en superar sus debilidades. Todo lo contrario, estos lo han logrado identificando, cultivando y maximizando sus fortalezas.

Al día de hoy, la evidencia de que existe una intensa correlación entre el compromiso de las personas, los equipos, las organizaciones y su desempeño está libre de todo cuestionamiento. No obstante, lo que hasta hace poco nadie había podido demostrar era cuál era el factor clave para potenciar este compromiso. Estudios recientes han demostrado que el mayor factor del cual depende el compromiso es el grado o nivel en que las personas de las organizaciones pueden desempeñar funciones y asumir responsabilidades alrededor de sus fortalezas. Dicho de otra forma, cuando las personas tienen la oportunidad de aplicar sus fortalezas en su lugar de trabajo, estos aumentan exponencialmente su nivel de entrega, generando un círculo virtuoso en el que todos ganan pues la gente crece, la productividad crece, la efectividad crece y, por ende, la empresa crece.

Los directivos de las organizaciones juegan un rol significativo en crear un clima y un ambiente en el cual los individuos puedan crecer, descubrir sus fortalezas y usar sus mejores cualidades diariamente. Más aún, los grandes directivos ayudan a sus colaboradores a identificar y potenciar sus fortalezas y cualidades únicas. Pero el giro de concentrarnos en potenciar y maximizar nuestras propias fortalezas, las de nuestro equipo y las de la empresa implica en muchos casos un giro de 180 grados a una visión tradicional enfocada en superar nuestras debilidades.

• Conocer de manera concisa los antecedentes del desarrollo de las fortalezas a fin de conocer la génesis del proceso.
• Obtener conocimientos, ideas y recursos que les permitirán maximizar las fortalezas del equipo para alcanzar mayores niveles de efectividad.
• Poder ayudar a los miembros de su equipo a ser más productivos a través de un enfoque en los patrones de pensamientos, sentimientos y comportamientos de los colaboradores y centrados en los dominios de la estrategia, ejecución, formación de relaciones e influencia. a los miembros de su equipo ser más productivos a través de un enfoque en los patrones de pensamientos, sentimientos y comportamientos de los colaboradores y centrados en los dominios de la estrategia, ejecución, formación de relaciones e influencia.
• Obtener una auto-evaluación de fortalezas y dominios que les permitirán establecer sus recursos individuales de liderazgo.
• Poder identificar sus talentos y los de sus colaboradores y aprenderán cómo transformarlos en fortalezas.

• Trabajando el aspecto individual:

  • Antecedentes del desarrollo de las fortalezas
  • La relación entre productividad y fortalezas
  • Beneficios de trabajar basados en fortalezas
  • Autoevaluación de talentos y fortalezas
  • Análisis de reportes
  • Dominios individuales (estrategia, ejecución, relaciones e influencia)
  • Dinámicas y ejercicios prácticos
• Trabajando el liderazgo:

  • Claves del liderazgo basado en fortalezas
  • Cómo liderar a los colaboradores según sus fortalezas
  • Qué requiere cada fortaleza y cómo trabajar con ellas
  • Cómo liderar los diferentes perfiles de personas
  • Cómo potenciar sus fortalezas en el liderazgo y el impacto de la influencia
  • Cómo crear una cultura de equipo basada en las fortalezas de transformación
  • El mapa de las fortalezas del equipo
  • Dinámicas y ejercicios prácticos

GABRIEL NÚNEZ